lunes, 17 de agosto de 2009

EL TRANSPORTE Y LAS TRAZAS FERROVIARIAS

La ciudad de Rosario y su Area Metropolitana conforman en la actualidad, por su población, uno de los dos mayores conglomerados del interior de la Argentina, con cifras próximas al millón y medio de habitantes. Factores tales como el crecimiento vegetativo, pero en especial el desarrollo de la industria y los servicios, aparejado al incremento de la migración interna, han caracterizado la progresiva ampliación de las manchas urbanas, hecho que se ha evidenciado en especial fuera del ejido municipal de la ciudad cabecera, con una conversión de antiguas zonas rurales o peri-urbanas, en barrios de concepción pública o privada, además de una paulatina densificación de la edificación en los sectores más céntricos de la mayoría de las localidades.
Tal como ocurre en el resto del mundo, el fenómeno antes descripto presenta un aspecto especialmente sensible en el problema de los desplazamientos de la población, que afecta tanto al transporte público masivo como al particular. Los tiempos de viaje entre cualquiera de los centros urbanos del Area Metropolitana entre sí, y entre aquellas y la ciudad de Rosario, han sufrido un aumento notorio a la luz de diversos análisis retrospectivos. Si bien este aumento se advierte de manera más contundente en el caso del transporte público, este problema también afecta a los desplazamientos en vehículos particulares, en especial si se trata de acceder al área central de Rosario.
Y es precisamente en este sector donde no es posible la realización de obras viales que permitirían reducir de manera apreciable los tiempos de viaje. La trama urbana central de Rosario no admite —dentro de un horizonte racional de niveles de inversión— la construcción de nuevas avenidas o autopistas que darían una solución al problema, y según la experiencia en la materia a nivel mundial, quizás inclusive contribuirían a agravarlo, dado que la existencia de tales facilidades incrementarían el atractivo para el uso de los medios de movilidad que son menos eficientes en cuanto a la ocupación de superficie, y que también se caracterizan por su alto grado de contaminación ambiental, acústica y estética, además de mayores índices de siniestralidad e impacto urbano, y que llevan implícitas operaciones de demolición de sectores urbanos de alta densidad de ocupación, algunos de valor cualitativo dentro del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Disponibilidad de medios.
Una clave para resolver el problema pasa por identificar cuáles infraestructuras de movilidad urbana poseen en la actualidad suficiente capacidad ociosa para admitir una transferencia de los flujos de transporte que ya se encuentran saturados o en vías de ello, habida cuenta que también se debe planificar a este respecto con un horizonte de décadas por delante. Un caso notorio es el de las líneas ferroviarias que convergen sobre la ciudad, cuyos radios coinciden precisamente (por factores de anticipación histórica) con los principales corredores de movilidad dentro del Area Metropolitana.
Especialmente para el caso de las líneas de trocha ancha, la ciudad de Rosario ya contó en su tiempo con un sistema ferroviario para pasajeros de corta y media distancia que tuvo su cabecera en la Estación Rosario Central, del Ferrocarril General Mitre. Hasta mediados de la década de 1970, un promedio de 76 trenes diarios partían o arribaban a esta terminal estratégicamente situada apenas a siete cuadras de la intersección céntrica por excelencia, peatonal Córdoba esquina Corrientes. Algunos corredores contaban con una notable oferta de servicios (aún para los parámetros actuales, a casi 35 años transcurridos desde entonces) por ejemplo: unas 17 frecuencias diarias hacia Cañada de Gómez y 13 a Casilda.
Lamentablemente, la política de transporte adoptada por el gobierno nacional a partir del golpe de Estado de 1976, en vez de asimilar las experiencias internacionales que ya se empezaban a materializar luego del embargo petrolero de 1973, optó por erradicar los servicios ferroviarios metropolitanos y regionales de todo el interior del país. El ejemplo seguido por otras naciones, en el sentido de dedicar inversiones a la progresiva reconstrucción y modernización de las instalaciones y servicios ferroviarios, no fue atendido sino que en cambio se siguió una política diametralmente opuesta, que no fue alterada luego del regreso de la democracia, y que tuvo su conclusión con el desmantelamiento de la empresa ferroviaria estatal, a principios de la década de 1990.
Perspectivas y responsabilidades de cara al futuro.
Sin perjuicio de abordar en un futuro artículo el tema relativo a la necesidad de la reintroducción de un esquema de transporte de estas características, es interesante destacar que, en la actualidad, la perspectiva de contar con tales servicios de carácter metropolitano o regional para pasajeros en nuestro medio, cuenta con la favorable circunstancia de que, con pocas excepciones, las trazas ferroviarias han conservado su integridad, y a la vez disponen de una capacidad ociosa que permitiría admitir la paulatina reintroducción de tales servicios, sin necesidad de recurrir a obras de gran impacto urbanístico y con un amplio horizonte para desarrollo futuro.
Obras ya en ejecución en la actualidad, como es el caso de la duplicación de la vía existente entre Cabín 8 (barrio Ludueña) y la ciudad de San Lorenzo, serán útiles tanto para agilizar los actuales servicios de cargas como futuros servicios metropolitanos para pasajeros —tal como se aludió expresamente en los considerandos de la adjudicación de dichos trabajos—. Otros emprendimientos de magnitud, tales como los incluidos bajo el concepto del Plan Circunvalar, permitirán canalizar de manera más directa los flujos de cargas y, de paso, mejorarán la disponibilidad de los corredores radiales que tienen potencial para trasladar de manera rápida y eficiente a los pasajeros, tanto hacia y desde la ciudad de Rosario, como entre las diversas localidades comprendidas dentro del Area Metropolitana.
Pero la simple enunciación no es suficiente. Rosario ya ha tenido desafortunadas experiencias en cuanto a la pérdida de valiosas trazas ferroviarias que adecuadamente reservadas, podrían haber sido útiles a futuro para la resolución de viejos problemas de movilidad urbana. El ejemplo más reciente ha sido el caso de la antigua vía paralela a avenida Francia y calle Vera Mujica, que configuraba una traza norte-sur estratégicamente situada en el macrocentro, y podría haber sido útil para una vía verde, parque lineal e inclusive más adelante para un recorrido de circunvalación a alto nivel o soterrado. No obstante tales potenciales, las sucesivas administraciones municipales no tuvieron en cuenta esta traza, y se la ha perdido definitivamente como consecuencia de su parcelamiento y venta a particulares.
El desafío.
Este es el desafío que tiene la ciudad de Rosario para el futuro. No solamente en interés de sus propios habitantes (lo que ya de por sí ameritaría todo tipo de acciones al respecto) sino de los de toda la población del Area Metropolitana que encabeza. Las autoridades municipales deben cumplir con la obligación ante la ciudadanía de hacer valer sus derechos y actuar ante los organismos pertinentes a fin de garantizar la integridad futura de las trazas ferroviarias. Esta actitud debe ser seguida con atención por los restantes municipios y comunas de la región, imitando ese proceder en sus respectivas jurisdicciones, con el propósito simultáneo de reservar los corredores para el uso público común, y para que aquellos terrenos que no sean necesarios de manera inmediata o directa para las necesidades del transporte, sean aprovechados para usos recreativos o espacios verdes, en un todo compatibles con el objetivo perseguido de mejorar la calidad de vida y habitabilidad de los entornos urbanos, evitando su paso al dominio privado, o de construcciones sobre dichos inmuebles, lo que inhabilitará su aprovechamiento futuro en beneficio del bien común.
CARLOS ALBERTO FERNÁNDEZ PRIOTTI
Grupo Interdisciplinario "Transporte, tránsito y territorio"
transyterr@transyterr.com.ar
Publicado por el Diario "La Capital" de Rosario, en su edición del 14 de agosto de 2009.