El
reciente anuncio municipal de la rehabilitación de los Trolebuses en
las líneas I y M, significa una reparación histórica tras cuarenta
años desde que la intendencia de facto de entonces se desentendió
de los mismos, desembocando en un proceso privatizador que puso a
este sistema en situación muy precaria.
La
rehabilitación de la línea K en 1994, permitió demostrar que la
infraestructura no estaba caduca ni mucho menos; y en cuanto a las
unidades, quedó claro que la industria -en este caso, la brasileña-
era capaz de aportar vehículos modernos. No obstante, si bien se
alentó una posible reaparición de los trolebuses también en el
resto de la red original, diversos intereses impidieron que eso se
concretase.
En
el medio, un interesante estudio arrojó como resultado la
conveniencia de adoptar un sistema de tranvías modernos en el
corredor Norte-Sur, considerándose esa la opción ideal para
Rosario. En esa alternativa se apoyaron los técnicos; más luego
conocieron que los costos de infraestructura y vehículos demandaban
gestiones múltiples ante organismos internacionales que permitiesen
financiar los costos iniciales del nuevo sistema.
2004
presenció la audaz aunque plausible medida de municipalización de
la Línea K, tras el riesgo de desaparición del sistema por quiebra
de la segunda concesionaria privada. Desde entonces, la recuperación
de la Línea la colocó en el primer lugar en cuanto a frecuencia y
rendimiento de pasajeros por kilómetro.
Ese
aleccionador ejemplo finalmente parece haber alentado a las
autoridades a avanzar en la recuperación de dos corredores tan
importantes como lo son los correspondientes a las líneas M y la I.
El
primero de ellos, original de 1967 como producto de la fusión de las
líneas originales G y J, se extiende desde la Estación Terminal de
Ómnibus Mariano Moreno, pasando por grandes centros atractores y
concluyendo en la nueva Estación Rosario Sur del Ferrocarril Mitre,
siendo recomendable que ahora pueda prolongarse al Hospital Regional
de Barrio Las Flores. Por su parte, la I fue una línea de alcance
intermedio, desde la Plaza Sarmiento hasta la Plaza Alberdi.
Sin
perjuicio de que creemos que los tranvías y los trenes suburbanos
deberán formar parte de la movilidad pública en el mediano plazo,
recurriendo a tramos soterrados que vinculen de forma fluida y veloz
las localidades del Norte con el Sur aledañas a Rosario, el anuncio
del regreso de los Trolebuses es una ponderable medida de sentido
común, que valorizará un sistema presente en la Ciudad desde hace
cincuenta y siete años.
El
deseo de los Amigos del Riel es que esta iniciativa -debidamente
planificada e instrumentada- cuente con el apoyo del Concejo
Municipal y la Comunidad, dando lugar a la revitalización de un
medio de transporte ecológico y con honda raigambre ciudadana, el
que debidamente integrado a la planificación del transporte urbano
podrá concretarse para beneficio de todos los rosarinos.
Rosario, 11 de noviembre de 2016